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Viernes, 07 de octubre de 2011   |  Número 16
PRIMER PLANO
CARMEN PEÑA, PRESIDENTA DEL CONSEJO GENERAL DE COLEGIOS OFICIALES DE FARMACÉUTICOS
“La crisis no puede empañar la necesidad social que tenemos de la sanidad privada”
Asegura que la crisis está evidenciado que tenemos que hacer una gran auditoría de gestión para determinar qué partidas son eficientes y cuáles no

J. B. / F. E. / Imagen: Miguel Ángel Escobar. Madrid
En un momento delicado en el que las propuestas de los políticos por las elecciones empiezan a girar sobre la sanidad, Carmen Peña, presidenta del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, señala que “la crisis no puede empañar la necesidad social que tenemos de la sanidad privada”, y que ésta “debe estar por encima de una situación económica coyuntural”. La presidenta agrega que esta situación económica precaria “está evidenciando que tenemos que hacer una gran auditoría de gestión para determinar qué partidas son eficientes y cuáles no”.

Peña analiza la importancia de la Sanidad Privada.

El Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (IDIS) ha cumplido ya un año de funcionamiento. ¿Cuál es su opinión sobre esta organización y qué valoración le merece su actuación hasta el momento?

Considero que le IDIS es un ejemplo de éxito. Es absolutamente imprescindible en un sistema como el nuestro, de sanidad pública y privada, en la que ambas no sólo deben convivir, sino potenciar las sinergias.

Un Instituto como el IDIS es un éxito organizativo y el reflejo de una necesidad social y sanitaria. Es como la gran organización profesional de la medicina privada. Apoyo totalmente la decisión de crearlo y les felicito por los resultados tan importantes conseguidos en tan poco tiempo.

El IDIS ha emitido un comunicado como reacción a las propuestas realizadas por el candidato del PSOE al Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba. ¿Está lo suficientemente reconocida la sanidad privada en España?

Considero que la Sanidad a nivel social y profesional está perfectamente reconocida. Quizá lo que nos quede es un reconocimiento expreso a nivel institucional. Este es uno de los grandes retos que el IDIS está acometiendo. Son momentos dificilísimos. La crisis hay que intentar extraerla de nuestros grandes proyectos de futuro para que no nos condicione.

Algunas apuestas coyunturales de los grandes partidos políticos pretenden salir de la crisis y buscan fórmulas de todo tipo. La Sanidad Privada es mucho más que una situación coyuntural. Tiene un reconocimiento social, económico y profesional muy importante. La crisis no puede empañar la necesidad social que tenemos de la sanidad privada.

La farmacia se desarrolla entre lo público y lo privado. ¿Cree que en lugar de favorecerle le está afectando?

A la farmacia hay que verla en su contexto. Forma parte del sistema sanitario. Es el brazo estratégico del sistema nacional para que los pacientes puedan acceder a la medicación que necesitan. Trasciende lo público y lo privado, pero su propia definición en la Ley de Garantías (2006) señala que es un establecimiento privado de interés público.

No hay que olvidar que el 85 por ciento de lo que se dispensa en las farmacias españolas está pagado por presupuestos generales, los medicamentos financiados por el SNS. Esto le da una imbricación dentro del sistema, y tiene que ser compatible esa parte privada y pública.

La sostenibilidad del sistema sanitario depende de todos los actores que confluyen en él y algunas voces apuntan a que hacen falta reformas profundas. ¿Cree que estas son posibles a corto-medio plazo?

La crisis está evidenciado que tenemos que hacer una gran auditoría de gestión. En la que miremos partida a partida, con una contabilidad analítica, cuáles son las partidas eficientes y las que no lo son. El sistema es la envidia en la sanidad a nivel mundial. Pero, como en las familias, cuando los gastos superan a los ingresos hay que revisarlos para adecuarse.

Otro tema mucho más profundo que la propia crisis es hacia dónde va el propio sistema de salud dentro del entramado autonómico, con 17 modelos de gestión que deben ser cohesionados y compatibles con un sistema nacional. Es un proyecto que quizá ha eclosionado por la crisis, pero en el que ya subyacían los temas de equidad y cohesión. Respetando las transferencias hay que intentar entre todos (coordinados por un eje central), y sin que nadie pierda sus competencias, evitar que haya desigualdades, falta de accesibilidad o inequidades de los ciudadanos con respecto al sistema en función al lugar de España dónde vivan.

Cada vez hay mayor control sobre la factura farmacéutica. Muchos expertos apuntan a que hay bolsas de ineficiencia en otras partidas en las que se debería intervenir. ¿Está de acuerdo? ¿Cuáles son estas bolsas?

Tenemos que revisar las partidas. El medicamento es una partida importante e imprescindible. El mal llamado gasto farmacéutico, que debería ser ‘gasto público en medicamento’, ya sea por vía ambulatoria u hospitalaria, tiene como uno de los grandes retos, en un presente inmediato, el valorar qué se está gastando en medicamentos públicos. En la Farmacia Hospitalaria hay grandes farmacéuticos trabajando en la parte clínica y sanitaria del medicamento, pero es necesario, como en ambulatorios, un gran sistema de ordenación de la gestión de esos medicamentos y una búsqueda de un sistema agregado de información de todo lo que se está gastando en medicamentos de uso hospitalario.

Otra partida, que casi alcanza el 45 por ciento es la de inversiones e infraestructuras. En este punto hay mucho que trabajar en la búsqueda de coste-efectividad. No en recortes, pero sí reformas profundas.

El medicamento es una inversión. En España está regulado por la Administración en cuanto a precio y todas las grandes medidas que se han tomado en el último año para buscar el reequilibrio del déficit público respecto a Europa se han hecho en la partida del medicamento. Esta partida está agotada y pueden llegar a poner en peligro el medicamento financiado. Hay que revisar todas las partidas, siempre exceptuando la de los sueldos de los profesionales de la salud, que están muy por debajo de los de otros países de Europa.

La presidenta del Cgcof pide una gran auditoría de gestión para determinar las partidas eficientes.

Cree necesario un sistema de ordenación de la gestión de medicamentos hospitalarios

¿Qué tal está resistiendo la farmacia las últimas medidas de recorte planteadas por el Gobierno?

En el sector de la farmacia no hay más medidas que el impacto sobre el medicamento y esas están más que machacadas a través de los tres últimos grandes RD Ley, que han afectado a los medicamentos de innovación, a los genéricos e incluso a los que están en el paso de innovación a genéricos.

La farmacia en España es muy humilde con respecto a la europea. Estamos hablando de un índice poblacional pequeñísimo. Estas medidas han logrado que un tercio de las farmacias españolas esté con una viabilidad económica muy comprometida. Y se ha demostrado con cifras de tal manera, que el último RD Ley 9-2011ha puesto en marcha medidas para ayudar a esas farmacias. Se empieza a desequilibrar tanto la farmacia que se puede llegar a que algunas no sobrevivan a estos procesos de bajada de precio de medicamentos.

Los retrasos en los pagos por parte de algunas autonomías están complicando la subsistencia de algunas farmacias. ¿Se pueden ver obligadas a cerrar? De ser así, ¿se está poniendo en peligro el modelo español de farmacia que tanto se ha defendido como ideal?

El modelo de Farmacia español se está convirtiendo en un referente de modelo sanitario profesional y muy social. De hecho, en Latinoamérica y otros países que no tiene regulado su modelo de farmacia, lo están estudiando para imitarlo. Aquí, con las medidas desorganizadas con respecto a la farmacia pueden, no poner en peligro el modelo, sino debilitarlo económicamente de tal forma que haga imposible cifras que ahora tenemos y son un éxito total, como que el 99 por ciento de la población pueda ir andando a su farmacia (esto en cualquier otro país de nuestro entorno no lo tienen).

El farmacéutico pone su carrera profesional al servicio del sistema, por encima de integraciones verticales, de conflictos de intereses o de deslocalizaciones, como están haciendo algunas multinacionales en otros países del mundo. El farmacéutico es parte del entramado social y no se deslocaliza. Esto es lo que hay que preservar. Estamos trabajando para que la crisis no ponga en peligro la accesibilidad del medicamento al paciente.

El Gobierno ha exigido a las autonomías que se pongan de acuerdo en el establecimiento de de un formato único y común de receta electrónica que se pueda utilizar en todo el Sistema Nacional de Salud. ¿Es posible aplicarlo en los plazos marcados teniendo en cuenta el retraso que lleva en algunas autonomías?

El desarrollo, la implantación y la universalización de la receta electrónica son muy complejos y van más allá del formato; es un proceso que necesita unos costes económicos, de recursos humanos y tecnológicos muy fuertes. En estos momentos quizá se pueda retrasar la implantación y la universalización de la receta electrónica en las autonomías a las que les ha ‘pillado’ la crisis sin haberla implantado aún. Creo a medio plazo, cuando pasen estos tiempos convulsos, habrá un modelo en el que cualquier paciente pueda moverse con su receta electrónica y pueda acceder a su medicamento desde cualquier farmacia, independientemente de dónde se lo hayan prescrito. Es un derecho constitucional. Tenemos que evitar las inequidades al acceso al medicamento, y las tecnologías deben ayudarnos y no al contrario.

Algunos conciertos autonómicos de farmacia recientemente negociados (como el de Madrid) plantean la posibilidad de en un futuro cobrar por servicios adicionales que se prestan en la farmacia. ¿Está de acuerdo?

Los servicios de valor añadido son una realidad. El ciudadano que acude a la farmacia ha cambiado muchísimo. En el siglo XX el perfil era el de un ciudadano enfermo agudo, de edad media y con unas necesidades determinadas. En este nuevo siglo, y la farmacia es la primera que lo ha detectado (no en vano acuden a la farmacia dos millones de personas al día), el perfil del paciente es un ciudadano de edad madura, polimedicado y crónico, que tiene otro tipo de necesidades sanitarias, como las del seguimiento de su enfermedad. Necesita que le ayuden en cuestiones de adherencia o de toma responsable del medicamento. Todo esto está generando nuevos servicios y la farmacia se está preparando para afrontarlos de una forma universal.

En esta evolución del paciente y de la farmacia, estos servicios se irán asentando y, en función de la universalización de los mismos, el sistema tendrá que valorar cuáles son aquellos que son susceptibles de ser financiados.

Peña defiende el modelo español de Farmacia.

Analiza la práctica colaborativa con la OMC en la que quiere incluir a enfermería.

El Consejo trabaja junto a la OMC en el intercambio de información para que el médico sepa qué medicamentos OTC consume el paciente antes de la prescripción. ¿En qué punto está este proyecto?

La idea marco es generar un gran registro común de medicamentos con y sin prescripción, para que el médico pueda saber lo que el paciente toma en medicamentos de autocuidado y el farmacéutico sepa lo que le ha prescrito el médico, de tal forma que tengamos toda la información unificada.

Las personas no tienen compartimentos estancos, y en determinado momento puede verse con un proceso agudo y una enfermedad crónica, o con un proceso agudo y automedicación. Todo confluye sobre ellas en efectos farmacológicos.

En lo que estamos trabajando con la OMC a futuro es en lo que llamamos práctica colaborativa. La labor conjunta de los distintos profesionales en beneficio del paciente. Y uno de los retos más inmediatos es ponernos en contacto con el Consejo General de Enfermería. También son prescriptores de medicamentos. Han de ser las tres instituciones las que trabajen coordinadamente.

En un momento como el actual, ¿La parafarmacia y otros productos son vías a explotar?

La parafarmacia es el todo y la nada. Engloba una serie de productos de salud muy diversos, ligados a la calidad de vida, pero no son medicamentos. El farmacéutico es el profesional de la salud experto en medicamentos. Y esta es nuestra razón de ser. Lo demás, son campos que pivotan alrededor del paciente, son un extra, una parte de la oferta.

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